Michael Berts, y Stephany Hollan, con 30 años de edad cada quien.
Los padres de ambos afortunados dicen que se sienten orgullosos y felices, ya que sus hijos por fin serán felices con su otra mitad.
Desean lo mejor, además argumentaron que eso de hacerlos menos por su enfermedad se siente pésimo,diciendo que ellos son muy inteligentes, No hay razón para menospreciarlos.